Control de infecciones: Evitando la contaminación cruzada en los baños

Cada año, surge una nueva enfermedad infecto-contagiosa que llama la atención de los medios, y causa alarma pública. La pandemia de turno es la gripe H1N1 (también conocida como “gripe porcina”), un virus contagioso que tiene a la gente sumida en un estado de pánico, y a los encargados de mantenimiento tratando de calmar a todos con relación a su servicio de limpieza

Con toda la atención de los medios hacia estas enfermedades, la gente está muy atenta y preocupada al igual que las empresas


De hecho, los problemas como la gripe aviar, y el SARS son una gran oportunidad para que las empresas de aseo re-evaluen y actualicen sus políticas relacionadas con la contaminación cruzada (la diseminación de las bacterias de una persona a otra). Y tal vez, el área de más preocupación es el baño. 

El baño es el lugar donde los gérmenes y las bacterias pueden desarrollarse y crecer. La gente lleva los gérmenes en sus manos, entra al baño tocando lugares clave y disemina esos gérmenes a otras personas. Si bien hay potencial para la contaminación cruzada en cualquier espacio, el baño es de particular preocupación porque se usa para las funciones corporales, y tiene gran cantidad de puntos de contacto en áreas pequeñas. En una sola visita al baño, se toca el picaporte, la puerta de acceso al sanitario, la baranda del sanitario, la puerta del sanitario, el dispensador de toallas de papel, la canilla, el dispensador de jabón, y la puerta de salida. Son diez superficies por persona (incluyendo al personal de limpieza) en donde se pueden tocar gérmenes y luego diseminarlos por todas las instalaciones. 

Con tanto potencial para la contaminación cruzada es imperativo que las empresas de aseo de oficinas desarrollen políticas adecuadas de limpieza de baños y que entrenen a su personal para que las sigan adecuadamente. 

Un elemento clave es proveerle al personal de aseo con los productos adecuados, las herramientas, y el entrenamiento para que sepan cómo usarlos, en esta industria se asume que la gente sabe cómo limpiar adecuadamente y cómo desinfectar un cuarto, sin embargo, la mayoría de las veces, no lo sabe. 

Método a prueba de tontos


Un lavado de manos profundo es la mejor manera de evitar la contaminación cruzada. Si bien los responsables de las instalaciones no pueden forzar a la gente a que se lave las manos, pueden ofrecer incentivos para que esto suceda con más frecuencia. Primero, recuerde a los usuarios la importancia de lavarse las manos con carteles, que a menudo se encuentran disponibles online o a través de distribuidores. 

La señalización es una rápida cachetada en la cara para que la gente se lave las manos. Pueden descargarse los carteles de internet, y luego adecuarlos a sus necesidades.
También es importante proveer productos para lavarse las manos que la gente quiera usar. Identifique qué tipo de jabón y toallas sus usuarios prefieren lo que puede ser hecho por ensayo y error, pero una preferencia es un hecho: la tecnología manos libres es un éxito con la gente. 

Agregar dispensadores que no requieran ser tocados es rápido y a menudo no tiene costo, gracias a los productos que nos brindan nuestros proveedores. Cambiar a inodoros que se autoevacúen (que no haya que apretar el botón o tirar la cadena) e instalar canillas manos libres, por otro lado, puede ser más costoso, y una empresa más difícil.
Aún así, la gente prefiere la tecnología de manos libre, lo que significa que tienen más posibilidad de ser usada. Las mismas tienen la ventaja de reducir la contaminación cruzada, al reducir el número de puntos de contacto en el baño. 

“Clasifico a los adultos como niños grandes”, dice Bob Mogge, especialista de ventas de Allied Eagle Supply en Detroit, Michigan. “Cuanto más les saques el uso de la manos, mejor. Es menos sobre lo que se tienen que preocupar”.
En un mundo ideal, todos se lavarían las manos después de usar el baño, pero los estudios indican que de un 25 a un 35% de la gente no lo hace. Nuevos productos pueden ayudar con esta situación. Los sanitizantes de manos que se rocían, o los geles ubicados cerca de las puertas pueden ayudar a resolver esta situación. 

“Puedes invertir todo el dinero que quieras en inodoros que se auto evacúan, canillas y jabón, pero si te paras y tomas el picaporte cuando te vas, aún así tienes contaminación cruzada, explica Joshua Kraft, gerente de ventas y coordinador de educación de Bruco Inc., en Billings, Montana. 


Temas de procedimiento


Aún con la mejor política de limpieza de manos, los gérmenes encontrarán la manera de llegar a las superficies de contacto. Prevenir la contaminación cruzada requiere una limpieza profunda y regular con los químicos y las herramientas adecuadas. Se deben establecer las frecuencias de acuerdo con el tráfico. Limpiar una sola vez por día puede estar bien para un baño pequeño que tenga poco uso, mientras que se pueden necesitar horas de limpieza para un baño en un aeropuerto.
 
“Puedes usar la misma toalla en la pileta, y luego en el urinal, pero no querrás hacerlo al revés,”explica Kraft.
“El procedimiento durante la limpieza es más importante para la contaminación cruzada que las herramientas que uses”. 

Uno de los temas de procedimiento más importantes tiene que ver con el tiempo. Un limpiador desinfectante que mate los gérmenes, a la vez que limpia es un limpiador de uso obligatorio en un baño. De hecho, algunas instalaciones encuentran que el desinfectante multiuso es suficiente para limpiar un baño. Para hacer el trabajo correctamente, el producto se debe aplicar sobre la superficie y dejar actuar por un tiempo determinado. Simplemente rociar y limpiar no le da al químico el tiempo que necesita para matar el 99% de las bacterias. “Para matar los gérmenes, el desinfectante tiene que pelear la batalla con las bacterias por alrededor de diez minutos.
Si el personal de limpieza no permite que el producto actúe por diez minutos, no es tan efectivo. El tiempo de acción es clave en los desinfectantes”. 

Para alcanzar tiempos de acción efectivos, el personal de limpieza puede aplicar los químicos, a medida que circulan por la superficie del baño (siguiendo el método de arriba abajo). Para el momento en que terminan, pueden volver adonde comenzaron, para enjuagar el producto. En un baño más pequeño, pueden necesitar desinfectar el baño de hombres, y dejar que actúe, mientras trabajan en el de damas, y viceversa.
Los desinfectantes también deben ser diluidos adecuadamente y la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos requiere procedimientos especiales para su manejo, su uso y su descarte. Por eso, en muchas instalaciones se usa el sistema automático de regulación de químicos que los diluye adecuadamente, y así se evita hacerlo al ojo. El personal de limpieza debe recibir instrucción acerca de cómo usar equipo de protección personal, incluyendo guantes y máscaras, para protegerse cuando usen desinfectantes. 

Ubicación de los productos

 
Los procedimientos de limpieza pueden ser la piedra angular al prevenir la contaminación cruzada, pero ciertos productos pueden jugar un rol de apoyo importante. Por ejemplo, el codificar con colores las herramientas, puede hacer que el personal de limpieza lleve los gérmenes del baño a todo el edificio. Usando herramientas rojas para inodoros y urinales, amarillos para las piletas y los espejos y el azul para las ventanas y sacar el polvo, el personal de limpieza puede evitar usar el mismo trapo en el inodoro y en el mostrador de la cocina. 

"Recomendamos altamente el código de colores, dice Liscio.
Es una manera de simplificar los procedimientos de limpieza. Es fácil para el que limpia reconocer qué productos usar y dónde.

También es útil para evitar la contaminación cruzada el uso de la tecnología de microfibras. Estos productos brindan una mejor agitación de los químicos, que puede ayudar con la efectividad de los desinfectantes. Los trapos de microfibra y las mopas absorben un 95 de las bacterias sobre su superficie, mientras que los trapos tradicionales las desparraman, dice Liscio. Además, los trapos de microfibras son más fáciles de cambiar de un ambiente a otro, por lo cual es más fácil evitar que sean usados en múltiples ambientes. 

“Aunque el costo inicial es mayor que el de un trapo de algodón, los productos de microfibras son lavables entre 400 y 700 veces", explica Mogge. No vas a lograr 700 lavados con una mopa de algodón. Los trapos de microfibras se pueden volver a utilizar luego de lavarlos con detergente en un ciclo rápido de lavado. Eso neutraliza cualquier costo extra que se pueda tener. Los encargados de mantenimiento que se encuentran particularmente preocupados por la contaminación cruzada como aquellos de edificios de alto riesgo como clínicas y hospitales pueden querer invertir en productos descartables. Estos ítems que se usan una sola vez, se tiran luego de su uso, así que no hay posibilidad de llevar los gérmenes a otras áreas.  

Educación Superior


La compra de productos de lujo y gran aplicación de los procedimientos no importa si el personal de limpieza no los entiende. Es muy importante describir claramente las políticas de la contaminación cruzada y educar al personal sobre ellos.
Los proveedores deben conocer los procedimientos adecuados para la limpieza de baños para evitar la contaminación cruzada y deben estar dispuestos a ofrecer formación para el personal. También pueden ser capaces de recordar los métodos de limpieza correctos. 
Tenga presente que la formación incluye información no sólo sobre el "qué" y "cómo" de la limpieza, sino también en el "por qué".

 
 

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